Una charla queer disfrazada de «Teoría de la recepción»
¿Por qué los temas de mis compañeros van acorde a sus clubs de lectura y el mío no?

Hace dos días, Elvis me mandó la imagen del foro de las jornadas de lectura que organiza la Biblioteca Fernando Pesqueira en mi universidad. Anteriormente publiqué una entrada en donde escribía acerca de cómo mi club de lectura, por tratar temas LGBT+, fue reubicado a otra biblioteca, diciendo que «los de artes son más abiertos». Tiempo después supe que en realidad, quien coordina los eventos de la Biblioteca Pesqueira, que es donde se llevan a cabo todos los demás clubs de lectura, no quería «Arruinar todo el trabajo que llevan hecho» por incorporar temas como la diversidad sexual. Esto me sorprendió y hasta la fecha no he discutido al respecto con la coordinadora. Siendo muy honesto, le tengo cariño y respeto a la coordinadora, y entiendo que su opinión parte de un conservadurismo que (perdonen la generalización) suele caracterizar a los de su generación. Listo, lo dije.

Debemos hacer todo parejo, ¿no?

La imagen del evento, muestra a otros dos de mis compañeros que tienen un club de lectura; el de Ramón, sobre etnias sonorenses y el de mi amiga Elvis, que es sobre mujeres cuentistas. El mío se trata sobre el cuento «Lucy y el monstruo» de Ricardo Bernal, que aparece en el libro de lecturas de quinto grado de primaria de la Secretaría de Educación Pública en México. A finales del año pasado, este texto se vió envuelto en una polémica a raíz de un tweet que lo juzgaba como «pederasta».
Pero la pregunta aquí es ¿qué tiene que ver ese cuento con mi club de lectura LGBT+? La verdad: nada. O al menos, eso pensé. Recordé que ese proyecto lo hice en colaboración con otra compañera. Cuando le planteé la idea, ella se mostró muy entusiasmada. Ese semestre, nuestro trabajo nos aseguró una buena nota en esa clase. El caso es que para presentar ese texto, tomamos de la teoría de la recepción ¿De qué trata esta teoría? En muy grandes rasgos: sobre el papel que juega el lector al rellenar los huecos o rasgos implícitos que contiene un texto. Estos vacíos se verán complementados por parte del lector, mismo que tomará de sus lecturas previas, experiencias personales y todo el bagaje necesario para armar y completar la lectura. Esto implica una reflexión de cómo leemos, juzgamos y asimilamos un texto, o en este caso, ideologías y formas de vida diversas. Pero más que nada, este tema se presta a poner bajo el foco, los prejuicios basados en experiencias o adopciones de modos de pensar que pasan de generación en generación.

Despacito para que nadie se moleste

La realidad es que tuve suerte. El año pasado participé en una edición de este evento, sólo que en aquella ocasión había leído «El corazón delator» de Edgar Allan Poe. Recuerdo que la audiencia estaba fascinada y yo junto con ellos. Tal vez la coordinadora busca que replique algo así, y espero hacerlo. Mi deseo no es irrumpir sino buscar de la manera más amena, las preguntas que lleven a la reflexión. ¿Qué caso tiene seguir sacándole la vuelta a temas tan a flor de piel en nuestra sociedad? Los temas de género están a la orden del día o por lo menos, deberían estarlo. Temo que los prejuicios de los adultos, tenga repercusiones en los más pequeños y que esas creencias se prolonguen. Pero he visto casos que me hacen creer lo contrario, que ahora los niños crecen con una mayor gama de plataformas que promueven el respeto al otro. Es por eso que me parece crucial el llevar a padres e hijos, a dialogar sobre la diversidad sexual, temas de género, violencia y la importancia del respeto.

Entiendo que tomará tiempo, pero quiero pensar que esto sólo es un paso para que se abra más el espectro para que haya debates densos que sean generados en las bibliotecas ¿y saben que me da gusto? que todo este «diálogo» surja a través de la literatura, a través del arte. No es imposición política, ni ideológica, sino que lo veo más como un estímulo a conversar y visibilizar a eso que se empeñan por ignorar o reubicar.


PD: Espero tener la sabiduría de emplear bien mis palabras, las imágenes y todo lo necesario para que mi mensaje sea recibido de la mejor manera. Porque hace falta hablar de estos temas, no se puede seguir como si no estuviera pasando nada, como si mañana el 10 de octubre del 2019, no vaya a haber una protesta pacífica a favor del matrimonio igualitario. Porque hay movimientos diversos que la literatura puede introducir.

PD II: Una amiga que tiene el club de lectura de literatura erótica ni siquiera se presentará. This one is for you too, G.

Deja un comentario

Soy Oscar

Bienvenidos a este espacio en donde coinciden la ficción y el cotidiano. Trabajo en un museo, estoy escribiendo una novela y me gusta hablar de astrología.

Conectar